lunes, julio 16, 2007

Oportunas reflexiones para que no se pierda el estilo de vida de Yerba Buena

“Para que la ciudad no aliene al hombre, guárdese el hombre de transferir sus alienaciones a la ciudad.
1°) No la haga aglomeración, sino densidad interpersonal.
2°) No la haga pura circulación, sino comunicación.
3°) No haga del cemento sino el noble perfil de un espacio para vivir.
4°) No mutile el verde, la luz y el aire; no caiga en la reprensión de Camus: “habéis olvidado la rosa salvaje, los signos del cielo, los rostros del verano, la gran voz del mar...”.
5°) Hágala inteligible, comunicable y franca; es mejor la comprensión que el deslumbramiento.
6°) Haga de los testimonios de su pasado una identidad perceptible que inspire confianza en la posibilidad de respuestas a los nuevos desafíos.
7°) No la haga objeto de sus ideologías: servirla y amarla con inteligencia práctica bastará para suscitar las técnicas e ideas que definan su personalidad.
8°) No la oponga a su región: el ámbito urbano rural es una dimensión antigua a recuperar para intercomunicación de bienes y servicios, para la alternancia del reposo y la animación.
9°) No deje que la especulación se apodere de su suelo ni que la comercialización abusiva deforme su centro histórico.
10°) Haga de la ciudad una prolongación de su vida, pero cuidado: su vida será también prolongación de la ciudad.”
(Pedro Frías, La Ciudad Argentina, 1981).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Cuanta actualidad tiene el pensamiento de Pedro Frías!